Vicisitudes personales y profesionales me han empujado a aparcar este blog durante más tiempo del deseado. Soy consciente de lo que significa para un blog su discontinuidad: pecado imperdonable para sus seguidores, caso de haberlos, condena al olvido y a vegetar en el fondo de la más defenestrada y olvidada por los buscadores porción de internet capitaneados, como no, por Google como general en jefe, pero creedme cuando os digo que me ha sido totalmente imposible mantener la mínima dedicación necesaria que un blog requiere.
Espero a partir de ahora continuar trabajando en este proyecto de blog, en el cual he depositado tanta ilusión, y contribuir en la medida de mis escasas, como ya dije en su momento, posibilidades a consolidar el hardware y el software libre como una afición más, que no sólo divierte, sino que permite comprender y utilizar mejor la tecnología que tenemos a nuestro alcance.
Os anticipo que en breve iniciaré una serie de entradas sobre una nueva amiga con la que he cachareado durante algunos meses y que se llama Raspberry Pi.
Gracias a todo aquel que lea estas líneas y reitero mis más sinceras disculpas por la discontinuidad de este blog.
